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Last Planner System vs. planificación tradicional: ¿cuál genera más valor en obra?

En la industria de la construcción, planificar es tan importante como contar con un buen diseño o un presupuesto sólido. Sin una planificación eficiente, incluso el mejor proyecto puede enfrentar retrasos, sobrecostos y conflictos entre equipos.
Durante décadas, la planificación tradicional —basada en cronogramas rígidos y métodos como el Camino Crítico (CPM) o los diagramas de Gantt— ha sido el estándar. Sin embargo, en los últimos años, el Last Planner System (LPS) ha ganado fuerza como una alternativa más colaborativa y adaptable.

En este artículo analizaremos en profundidad las diferencias entre LPS y la planificación tradicional, sus ventajas, limitaciones y, sobre todo, cuál genera más valor en obra según el tipo de proyecto.

Qué entendemos por “planificación tradicional” en construcción

En la mayoría de las empresas, planificar significa:

  • Elaborar un cronograma maestro al inicio del proyecto.
  • Asignar tareas y plazos fijos según la secuencia lógica de la obra.
  • Usar herramientas como MS Project, Primavera P6 o diagramas de Gantt en Excel.
  • Revisar el avance de forma periódica, comparando el progreso real contra el plan original.

Este enfoque se apoya fuertemente en el método del Camino Crítico (Critical Path Method):

  • Identifica la secuencia de actividades que determina la duración total del proyecto.
  • Se basa en cálculos previos de duraciones y dependencias.
  • Si una actividad crítica se retrasa, el proyecto entero se atrasa.

Ventajas históricas:

  • Visión global del proyecto desde el inicio.
  • Base sólida para calcular recursos y costos.
  • Aceptado universalmente por clientes e instituciones.

Limitaciones:

  • Rigidez: los cambios en obra requieren ajustes complejos al cronograma.
  • Poco espacio para la colaboración real entre todos los involucrados.
  • Se centra más en fechas que en la confiabilidad de la ejecución.
  • Los planes se crean con información incompleta y muchas suposiciones iniciales.

Qué es el Last Planner System (LPS) — versión ampliada

El Last Planner System es una metodología de planificación colaborativa diseñada para aumentar la confiabilidad en la ejecución de obras. Nació en la década de 1990 de la mano de Glenn Ballard y Greg Howell, fundadores del Lean Construction Institute, como respuesta a las ineficiencias y desperdicios que caracterizaban a muchos proyectos de construcción tradicionales.

Su nombre, “Last Planner” (último planificador), hace referencia a que quienes planifican las actividades finales antes de la ejecución —generalmente jefes de cuadrilla, supervisores o subcontratistas— son los que mejor conocen las restricciones reales y, por tanto, están en mejor posición para comprometerse con fechas y tareas que sí se pueden cumplir.

Fundamentos del LPS

El LPS se basa en principios Lean aplicados a la construcción, buscando eliminar desperdicios, mejorar el flujo de trabajo y aumentar el valor para el cliente. Entre sus pilares encontramos:

  1. Planificación colaborativa: no se decide unilateralmente desde la oficina central, sino con la participación directa de quienes ejecutarán las tareas.
  2. Compromisos confiables: cada equipo se compromete solo a lo que puede cumplir, considerando materiales, permisos, mano de obra y equipo disponible.
  3. Gestión de restricciones: antes de asignar una tarea, se verifica que no existan obstáculos que impidan su ejecución.
  4. Medición continua: se mide el cumplimiento de lo planificado mediante indicadores como el PPC (Percent Plan Complete) y se analizan las causas de incumplimiento.
  5. Aprendizaje constante: se documentan problemas y soluciones para evitar repetir errores en el futuro.

Beneficios clave del LPS

  • Mayor confiabilidad en las fechas de entrega de actividades.
  • Mejor coordinación entre subcontratistas y equipos internos.
  • Reducción de desperdicios de tiempo, materiales y recursos humanos.
  • Mayor motivación y compromiso del personal operativo.
  • Flexibilidad para adaptarse a cambios imprevistos en el proyecto.

Etapas del LPS

El sistema se desarrolla en diferentes horizontes temporales:

  • Plan Maestro: visión global del proyecto y sus hitos principales.
  • Plan de Fases: desglose por etapas constructivas.
  • Plan de 6 Semanas: planificación detallada a mediano plazo, revisando restricciones.
  • Plan Semanal: compromisos concretos y coordinados entre equipos.
  • Plan Diario: organización operativa inmediata en campo.

Esta estructura permite planificar a largo plazo, pero con capacidad de respuesta diaria a la realidad de la obra.

3. Diferencias clave entre LPS y planificación tradicional

AspectoPlanificación tradicionalLast Planner System
EnfoqueCentralizado, dirigido por gerencia o planeación.Colaborativo, dirigido por quienes ejecutan.
Nivel de detalleAlto desde el inicio, basado en supuestos.Detalle creciente a medida que se acerca la ejecución.
FlexibilidadBaja: cambios requieren reprogramar globalmente.Alta: ajustes semanales y diarios según condiciones reales.
MediciónAvance físico vs. fechas planificadas.Cumplimiento de compromisos (PPC) y causas de incumplimiento.
ParticipaciónBaja participación de cuadrillas y supervisores en la creación del plan.Participación activa de todos los involucrados en cada nivel.
Prevención de problemasReacciona ante retrasos.Anticipa restricciones y las resuelve antes de asignar tareas.

Ejemplo práctico: construcción de un edificio de oficinas

Escenario con planificación tradicional:

  • El cronograma maestro indica que la instalación eléctrica inicia el 15 de julio.
  • Llega la fecha, pero los materiales no han sido entregados.
  • El equipo eléctrico no puede trabajar y se genera un retraso en cadena.
  • La reprogramación afecta a otros oficios y aumenta los costos.

Escenario con LPS:

  • En la reunión semanal, el equipo eléctrico avisa que el proveedor no entregará a tiempo.
  • El plan se ajusta: se adelantan trabajos de otro oficio mientras se resuelve la entrega.
  • La actividad crítica no se detiene, el flujo de trabajo continúa.

¿Cuál genera más valor en obra?

La respuesta no es absoluta: depende del tipo de proyecto, del equipo y del entorno.
Sin embargo, las tendencias y estudios internacionales muestran que LPS tiende a generar más valor en términos de confiabilidad, reducción de desperdicios y satisfacción del cliente.

Razones por las que LPS genera más valor:

  • Cumplimiento real de lo planificado: el PPC de proyectos con LPS suele superar el 80%, frente a un 50-60% con métodos tradicionales.
  • Reducción de tiempos muertos: al anticipar restricciones, se disminuyen paros en obra.
  • Mejora en la comunicación: equipos más alineados y con objetivos claros.
  • Adaptabilidad: frente a cambios de diseño, condiciones climáticas o retrasos de suministros.

Donde la planificación tradicional sigue teniendo fuerza:

  • Proyectos muy normados o de licitación pública, donde se exige un cronograma maestro formal desde el inicio.
  • Obras pequeñas con poca complejidad y baja variabilidad de actividades.

Integración de ambos enfoques: el modelo híbrido

Cada vez más empresas adoptan un modelo híbrido:

  • Mantener un cronograma maestro (CPM/Gantt) para cumplir con requisitos contractuales y dar visión global.
  • Complementarlo con LPS para la planificación operativa semanal y diaria, asegurando flexibilidad y control.

Este enfoque permite aprovechar lo mejor de ambos mundos:

  • Cumplir con la formalidad exigida por clientes e instituciones.
  • Ganar en adaptabilidad y confiabilidad durante la ejecución.

Herramientas para implementar LPS con soporte digital

Aunque LPS se puede aplicar con pizarras y post-its, hoy existen herramientas que facilitan su implementación:

  • Foco Planner (Foco en Obra): diseñado específicamente para LPS.
  • Touchplan y PlanGrid: plataformas colaborativas en la nube.
  • MS Teams + Planner: soluciones genéricas adaptadas al LPS.
  • BIM 4D/5D: integración de modelos digitales con planificación colaborativa.

La clave está en que la herramienta no sustituya la reunión y el compromiso, sino que lo refuerce.

Recomendaciones para contratistas que quieren migrar a LPS

  1. Capacita al equipo en fundamentos Lean y LPS antes de implementarlo.
  2. Empieza en un proyecto piloto para ajustar procesos sin presiones excesivas.
  3. Involucra a todos: desde la gerencia hasta las cuadrillas.
  4. Mide resultados: PPC, causas de incumplimiento, reducción de retrasos.
  5. Integra tecnología solo después de dominar la metodología en papel.

Conclusión

El Last Planner System no es una moda pasajera: es una evolución hacia una planificación más humana, colaborativa y realista, que ha demostrado su eficacia en proyectos de construcción de todo tipo y escala.
La planificación tradicional seguirá teniendo su lugar, sobre todo para cumplir formalidades y dar visión macro, pero el valor añadido en términos de ejecución, confianza y reducción de desperdicios lo aporta LPS.

En un contexto donde los proyectos son cada vez más complejos y la presión por cumplir plazos y presupuestos es mayor, combinar lo mejor de ambos enfoques puede ser la estrategia más inteligente para generar valor real en obra.

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